Todas las marcas de yerba mate tienen características que la diferencian en sabor, intensidad, amargor, durabilidad, etc. Estas variables hacen que tengamos mas afinidad por una marca que por otra.
Éstas particularidades hacen que nos puedan acompañar en distintos momentos del día como por ejemplo, cuando comemos algo dulce lo podemos acompañar con un tipo de yerba de sabor intenso y mas tirando a lo amargo, en cambio, cuando tomemos mate en algún viaje largo se puede optar por una yerba suave de larga duración para que no se lave.
Para describir una yerba mate, es fundamental destacar las características que influyen en la experiencia de sabor, en cómo se prepara y consume. Estos aspectos son:
Intensidad: Grado de fuerza o presencia del sabor, desde suave hasta fuerte.
Amargor: Nivel de amargor, que puede variar según el proceso de secado y el tiempo de estacionamiento.
Molienda: El tipo de molienda afecta cómo se ceba el mate. Puede ser: Fina (polvo predominante, típico de yerbas uruguayas), Gruesa (con palos, hojas grandes), Equilibrada (una mezcla de polvo, palos y hojas).
Aroma: El olor que desprende la yerba, que puede ser más herbáceo, ahumado o floral.
Sabor residual: Qué tan persistente es el sabor en boca después de tomarla.
Estacionamiento: Tiempo que la yerba fue madurada (puede ser natural o acelerado), lo cual influye en el sabor. Las yerbas sin estacionar suelen ser más verdes y frescas, mientras que las estacionadas por más tiempo tienden a ser más suaves y complejas.
Durabilidad: Cuánto tiempo mantiene su sabor antes de lavarse.
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